e
Los lunares (o también denominados Nevos melanocíticos) son comunes
en todas las personas. Predominan en las zonas más expuestas al sol pero
pueden localizarse en cualquier parte de la piel.
¿Cómo son los nevos?
Los
nevos más comunes suelen ser planos o de forma redondeada, simétricos,
de bordes regulares y de un tamaño menos a 5-6 mm. Algunos comienzan
como una "mancha" y con los años toman relieve de color más claro y se
ablandan. En ocaciones pueden crecerles pelos.
Algunos nevos, llamados atípicos, tiene mayor riesgo de transformarse en una forma de cáncer de piel denominada melanoma.
¿Qué son los nevos atípicos?
Suelen
ser de tamaño mayor a 6mm, de forma levemente asimétrica, de varios
tonos de marroón o rosado y ser diferentes entre sí. Predominan en el
pecho y en la espalda pero pueden ubicarse en cualquier parte de la piel
y tiene mayor riesgo de transformación maligna.
Habitualmente
aparecen en personas con gran cantidad de nevos (más de 100) y en
ocaciuones los presentan varios miembros de la misma familia.
¿Cómo controlar los nevos?
Consultá con un dermatólogo ante cualquier cambio que notes en un lunar o mancha, o ante heridas que no cicatrzan.
- Observá tus lunares y manchas en forma periódica, con ayuda de espejos y de otra persona.
- No olvides las palmas y plantas, la región genital, el cuero cabelludo, la boca, el interior del ombligo, las exila, etc.
- Controlá los lunares de tu pareja y de tus hijos.
- Controlá la aparición de nuevos lunares o los cambios (forma, tamaño, colores, etc.) en los existentes.
Consultá de inmediato a un dermatólogo en caso de notar:
- La aparición de un lunar o mancha nueva en la piel de un adulto.
- Crecimiento continuo de tamaño o espesor de un lunar.
- Cambios de color (que se oscurezca o se aclare en forma brusca o presente varios colores).
- Picazón, sangrado o costras sobre un lunar.
A continuación, cómo determinar si una lesión es sospechosa de ser un melanoma: